lunes, 6 de mayo de 2013

"LOS LACASITOS" Adicción a las pastillas.




Uno veía a su abuela tomar todos los días unas pastillas con colores apetecibles y se preguntaba a que sabrían esos curiosos caramelitos.
Y para satisfacer nuestras apetencias lanzaron a la venta los Lacasitos. Grageas de colores brillantes que podías comer hasta hartarte.
A diferencia de otras chuches, el color importaba poco, ya que fuesen rojas o verdes, el sabor siempre era el mismo.
Pese a esto, curiósamente, las que siempre quedaban para el final eran las de color chocolate, quizá por ser demasiado obvias. 
Se vendían en tubos similares a los de las pastillas de las farmacias. Primero de cartón y posteriormente de plástico. Y en las confiterías de barrio se vendían a granel.

Su éxito hizo que los kioskos se llenaran de lentejitas similares, digamos de marca blanca.
Y claro, los Lacasitos tenían que diferenciarse de los plagios baratos y mantener su posición en el mercado. Y se les ocurrió hacerlo estampando su nombre en cada pastillita. Hasta hicieron una campaña televisiva con el slogan: “Solo son Lacasitos si pone Lacasitos” Y ojo, que esto lo decía un chimpancé, porque ya se sabe que estos simios siempre han tenido mucha credibilidad.

Pero la letra era tan pequeña y la tipografía tan ilegible que podía poner “Lacasitos” o “Trombocíl”

La cosa es que funcionó y hasta hoy sigue su nombre escrito con una letra de monje miniaturista medieval.

Pero un terrible acontecimiento acabó para siempre con la tranquilidad de los Lacasitos: la invasión americana de los M&Ms. Cacahuetes cubiertos de chocolate y una capa de color similar al de las pastillitas españolas.


 Se lanzaron con una campaña que decía:

“Se deshacen en tu boca, no en tu mano” 
(Slogan éste con varias lecturas)


¡Zas! Golpe bajo a los Lacasitos. Porque ese era justamente su punto débil.
Si sostenías mas de cinco segundos un puñado en la mano se te quedaba como un cuadro de Miró.

Además, aunque los M&Ms también tenían escrito sobre cada uno de ellos un distintivo, en este caso, mucho mas acertadamente era solo una inicial: “M” Con la reconocible tipografía de la marca.

No todo el mundo sabe que M&Ms es todo un emporio que tiene en las principales capitales del mundo tiendas gigantes que parecen parques temáticos.

Yo he visitado la de Londres y la de New York, que está nada menos que en pleno Times Square, y me he quedado ojoplático ante la idea de un Corte Inglés de varias plantas en el que en vez de vender cafeteras, zapatos y perfumes, solo venden pastillas de chocolate.


¿Para tanto dan de si unas simples bolitas?
Pues si. Han puesto cara a los M&Ms y los han convertido en personajes que ilustran gorras, camisetas y todo tipo de productos absurdos que venden como rosquillas en un entorno saturado de tubos de cristal gigantes llenos de pastillas de colores de lo mas variado.
Es tal la gama de colorido que se podría hacer un mosaico de “Las Meninas” a base de M&Ms sin echar en falta ningún tono cromático.

La gente se lanza en masa haciendo colas gigantes, como si no hubiesen visto un cacahuete en su vida.

Pero volviendo a España, Lacasitos se dio cuenta de que tenían que volver a recuperar su status y lo hicieron con un nueva campaña publicitaria con la que voy a terminar para que la meditéis.
El anuncio era de lo mas persuasivo, sobre todo por los argumentos de peso que te daba.
Decía así:
“U - i -u - a - a - pim - pam… ¡Toma Lacasitos!"
Oye, pues me ha convencido.


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