lunes, 20 de mayo de 2013

"LAS PANTERAS ROSAS" Bollería fina.



Surgieron como una moda pasajera aprovechando el éxito de la serie de dibujos animados. Pero fue tal su acogida que han pasado décadas desde que la serie se dejó de emitir y sin embargo los pastelitos siguen vendiéndose.




Este popular pastelito fue el niño mimado de la familia de bollería industrial de Bimbo, formada por “Bony”, “Tigretón” y el desaparecido durante dos décadas “Bucaneros”


Eran la competencia directa de otro pastelito: el “Phoskitos”
Decía su slogan: “Phoskitos, regalos y pastelitos”
Y de hecho los comprábamos por el cromo.

Me viene a la memoria un chiste de la época tan malo como apropiado:

-Tu padre es un proscrito
-Si, y el tuyo un Tigretón



Pero donde esté una buena Pantera Rosa, que se quiten todos los demás.
Hasta la alta cocina creativa de hoy en día ha flirteado con el concepto, tratando de imitar en sofisticados postres su sabor y color.


Y aunque es cierto que yo podría alimentarme únicamente con estos pastelitos, reconozco que muy saludables no son.
De hecho no hay ningún alimento en la naturaleza con ese color.
Se conoce el caso de un niño que tras una sobredosis de Panteras Rosas llegó a brillar en la oscuridad.



viernes, 17 de mayo de 2013

"EL TRAGABOLAS" Acostumbrándonos desde pequeños.



El concepto era bien sencillo: cuatro hipopótamos, varias bolitas, el que se comiese mas, ganaba.

Pese a su sencillez era uno de los juegos de mesa mas divertidos para jugar con amigos.
Lo único que había que hacer era darle a una palanquita colocada en el culo del animal ¡Y a tragar bolas!

¿Por qué hipopótamos y no leones por ejemplo? No está muy clara la cosa. Pero sí es cierto que los hipopótamos gozaban, y aún lo hacen hoy, de una popularidad entre los niños que los hacen atractivos.


¿Quién no recuerda el anuncio de los pañales Ausonia con aquel hipopótamo gigante? ¿O los actuales Happy Hippo de Kinder?
Sin olvidarnos de Pepe Pótamo y su viento huracanado.

Sin embargo creo que no hay un animal mas complicado de pronunciar que este. Por eso en nuestra infancia también eran conocidos como: Hiponótamo, Hipotónamo o Hitopónamo, entre otras combinaciones.


Al final, como si de los Pelayos y su observación de la ruleta en los casinos se tratase, uno descubría con el tiempo que la base tenía una ligera inclinación que favorecía a uno de los hipopótamos y solía ser siempre el ganador.

Mas de uno se hubiese forrado con este juego si las apuestas fuesen legales entre los niños.




Hoy en día han sacado nuevas versiones del juguete pero no tienen el encanto del diseño y colorido básico original.


“Tragabolas” con su nombre ya anticipaba la cantidad de mentiras que nos tocaría tragarnos en nuestra infancia y en nuestra vida de adultos. De hecho creo que es un juguete promovido desde el gobierno para acostumbrarnos desde pequeños.


lunes, 13 de mayo de 2013

"TORREBRUNO" Menudo personaje.




Hubo una vez un hombrecillo que dividió al mundo en dos grandes grupos: Tigres y Leones.
Ese hombre fue el pequeño y gran Torrebruno.

Un italiano muy bajito con una cara risueña que a pesar de vivir durante décadas en España, nunca perdió su peculiar acento italiano

Desde que asomó su cara por la pequeña pantalla conectó con los niños que nacimos en los setenta. Quizá por su estatura y su humor naíf le veíamos como uno de los nuestros.

Su nombre completo era Rocco Walter Torrebruno, y sinceramente creo que no es posible tener un nombre mas “guay” que éste.

Aunque se hizo muy popular como estrella infantil su carrera estuvo orientada desde el principio a la canción melódica.
Fue ganador dos veces consecutivas del Festival de San Remo, un certamen musical que ha lanzado a conocidas figuras de la canción como por ejemplo Madonna.

Pero en España todos le conocimos por canciones como “Rocky Chaparro”, “Tigres y Leones”, “Don Pelanas”, etc…
Nada que envidiar a “Like a Virgin” o “Express yourself”.
Pocos saben que además Torrebruno fue telonero de los Beatles en 1965 cuando dieron su concierto en Madrid.


Aunque fue en Televisión Española donde se convirtió en un ídolo infantil, algo que marcó para siempre su vida y su carrera.

Presentó y colaboró en programas como “Sabadabada”, “Dabadabada”, “El recreo” o “La Guagua”

Y hasta tuvo su propia película: “Rocky Carambola”
Pero como su fuerte siempre fue la canción, sacó un montón de discos.


              




Atención al título del primer tema: “Me duele el culito papá”








Aquí podéis ver y oir momentazos televisivos de Torrebruno, entre ellos la canción "Tigres y Leones" Además en estas imágenes os reencontraréis con estrellas infantiles del momento que recordándolas a mas de uno se le pondrá la piel de gallina.



Desgraciadamente lo último que se publicó en prensa sobre él antes de su muerte, fue un supuesto romance con Yola Berrocal. 
Ambas noticias muy tristes.


jueves, 9 de mayo de 2013

"EL TANG" Zumo en polvo recién exprimido.




Es difícil saber como una madre, obsesionada por naturaleza con que te tomes el zumo de naranja a una velocidad inhumana para que no se le vayan las vitaminas, pudo haber confiado en el Tang para el crecimiento sano de sus hijos.

Unos polvos en sobre que se echaban al agua ¡Y listo!
Eran como un “Frenadol” pero a lo bestia, porque el sobre daba para una jarra, y puestos a ahorrar, para dos.

Siempre he pensado que era tiza naranja triturada. Porque tenía el color de una tiza naranja, el tacto una de tiza  naranja, y una vez disuelto en agua… ¡Sabía a tiza naranja!

Los ha habido de sabores clásicos como el limón o fresa y hoy en día, mas atrevidos como mango, maracuyá o guayaba, pero su sabor está tan alejado de esas frutas como los países tropicales de los que proceden.


Pienso que las madres acababan dándonos esos zumos diabólicos para no sufrir el desperdicio vitamínico de las naranjas de verdad.

“¡Que se le van las vitaminas!”

¿De donde les vendría esa fobia?
Por rápido que tomases el zumo siempre les parecería demasiado lento para no sufrir la terrible perdida.

“¡Que se le van las vitaminas!”

La única forma de que quedasen satisfechas, sería conectándote el exprimidor por sonda intravenosa.

“¡Que se le van las vitaminas!”

Pero ¿A dónde se van las vitaminas de los zumos de naranja?
Nadie lo sabe.
Aunque si existe un cielo para las vitaminas, el infierno sin duda es un sobre de Tang.



miércoles, 8 de mayo de 2013

"LOS ROTULADORES CARIOCA" Colorín colorado, este rotu se ha acabado...





Había una expresión de antaño para decir que algo duraba muy poco, que era: ”Dura menos que un caramelo a la puerta de un colegio”
Y si ese caramelo tenía droga dentro, como solían advertirnos las madres, duraría menos aún.
Pero esos tiempos ya pasaron y habría que actualizar la expresión diciendo “Dura menos que un rotulador Carioca”

Porque los que hemos usado estos rotuladores sabemos dos cosas: que si lo dejabas abierto se secaba y que si rellenabas un dibujo de un solo color se gastaba.

Había cajas de 12, de 24 y de 36 colores
Imagino que los niños que tuvieron la caja grande hoy en día serán pintores de renombre y expondrán en Arco.

Yo tenía la normal, la de clase media: la de 24.
Y con estos “rotus” o “retus”, como los mal llamábamos, descubrí por primera vez en mi tierno pellejo lo que es la estafa, porque ponía: “Carioca. Caja de 24 colores”
¡Y era mentira! Había solo 23, porque uno era blanco y no pintaba.

Algún ingenuo dirá: “Es que igual era para pintar sobre superficies oscuras…”
Mira, no. Tu hacías una raya blanca sobre una cartulina negra y es como si la raya se la hubiera hecho Maradona. No quedaba ni rastro.

Además en el cole, en la clase de pretecnología, nos enseñaban que cuando se mezclaban colores básicos se obtenían otros diferentes.
Es decir, azul con amarillo, salía verde.
Azul con rojo, salía morado…
Pues hay que decir que con los Carioca da igual que color mezclases, porque el resultado siempre era el mismo: ¡Caca! ¡Color caca!

Había sin embargo otras marcas que nos inspiraban menos confianza aún, pero que como eran mas baratas, pues se vendieron bastante. Sobre todo una que tenía un nombre que me encantaba: “Potombo”

Aunque los rotuladores que me hicieron feliz por muchos años, porque aunque se gastasen, aún podías seguir jugando con ellos, eran unos con forma de ratón, y uno especial con forma de gato que los borraba. Esto ya era lo más.


Pero no quiero acabar sin decir algo a favor de los Carioca. Y es que si que había una forma de que los colores durasen mucho, pero mucho tiempo: cuando te manchabas las manos con ellos.


lunes, 6 de mayo de 2013

"LOS LACASITOS" Adicción a las pastillas.




Uno veía a su abuela tomar todos los días unas pastillas con colores apetecibles y se preguntaba a que sabrían esos curiosos caramelitos.
Y para satisfacer nuestras apetencias lanzaron a la venta los Lacasitos. Grageas de colores brillantes que podías comer hasta hartarte.
A diferencia de otras chuches, el color importaba poco, ya que fuesen rojas o verdes, el sabor siempre era el mismo.
Pese a esto, curiósamente, las que siempre quedaban para el final eran las de color chocolate, quizá por ser demasiado obvias. 
Se vendían en tubos similares a los de las pastillas de las farmacias. Primero de cartón y posteriormente de plástico. Y en las confiterías de barrio se vendían a granel.

Su éxito hizo que los kioskos se llenaran de lentejitas similares, digamos de marca blanca.
Y claro, los Lacasitos tenían que diferenciarse de los plagios baratos y mantener su posición en el mercado. Y se les ocurrió hacerlo estampando su nombre en cada pastillita. Hasta hicieron una campaña televisiva con el slogan: “Solo son Lacasitos si pone Lacasitos” Y ojo, que esto lo decía un chimpancé, porque ya se sabe que estos simios siempre han tenido mucha credibilidad.

Pero la letra era tan pequeña y la tipografía tan ilegible que podía poner “Lacasitos” o “Trombocíl”

La cosa es que funcionó y hasta hoy sigue su nombre escrito con una letra de monje miniaturista medieval.

Pero un terrible acontecimiento acabó para siempre con la tranquilidad de los Lacasitos: la invasión americana de los M&Ms. Cacahuetes cubiertos de chocolate y una capa de color similar al de las pastillitas españolas.


 Se lanzaron con una campaña que decía:

“Se deshacen en tu boca, no en tu mano” 
(Slogan éste con varias lecturas)


¡Zas! Golpe bajo a los Lacasitos. Porque ese era justamente su punto débil.
Si sostenías mas de cinco segundos un puñado en la mano se te quedaba como un cuadro de Miró.

Además, aunque los M&Ms también tenían escrito sobre cada uno de ellos un distintivo, en este caso, mucho mas acertadamente era solo una inicial: “M” Con la reconocible tipografía de la marca.

No todo el mundo sabe que M&Ms es todo un emporio que tiene en las principales capitales del mundo tiendas gigantes que parecen parques temáticos.

Yo he visitado la de Londres y la de New York, que está nada menos que en pleno Times Square, y me he quedado ojoplático ante la idea de un Corte Inglés de varias plantas en el que en vez de vender cafeteras, zapatos y perfumes, solo venden pastillas de chocolate.


¿Para tanto dan de si unas simples bolitas?
Pues si. Han puesto cara a los M&Ms y los han convertido en personajes que ilustran gorras, camisetas y todo tipo de productos absurdos que venden como rosquillas en un entorno saturado de tubos de cristal gigantes llenos de pastillas de colores de lo mas variado.
Es tal la gama de colorido que se podría hacer un mosaico de “Las Meninas” a base de M&Ms sin echar en falta ningún tono cromático.

La gente se lanza en masa haciendo colas gigantes, como si no hubiesen visto un cacahuete en su vida.

Pero volviendo a España, Lacasitos se dio cuenta de que tenían que volver a recuperar su status y lo hicieron con un nueva campaña publicitaria con la que voy a terminar para que la meditéis.
El anuncio era de lo mas persuasivo, sobre todo por los argumentos de peso que te daba.
Decía así:
“U - i -u - a - a - pim - pam… ¡Toma Lacasitos!"
Oye, pues me ha convencido.


sábado, 4 de mayo de 2013

"EL SIMON" Encuentros en la tercera fase.




En los ochenta, todo aquello que fuese electrónico nos llamaba la atención. Y si era un juguete, ni te cuento.
Era como si el futuro estuviese al alcance de nuestras manos.
Si ese juguete además tuviese luces de colores, emitiese sonidos extraños y su diseño fuese como el de un platillo volante, era como para vomitar de la excitación.
Pues eso era el “Simon”. Lo mas parecido a una computadora sideral a lo que podíamos aspirar a tener en casa, aparte de la yogurtera de tu madre (que merecería todo un capítulo aparte)

Encima la maquinita con nombre de vino barato te desafiaba poniendo a prueba tu memoria… y ganaba.

Esas combinaciones de colores luminosos y esos zumbidos melódicos no podían ser solo un entretenimiento.
Tanta tecnología punta al servicio de un simple juguete? Yo no lo creo. Ese aparato tenía otro objetivo.

La auténtica verdad es algo que se ha silenciado desde entonces por los medios y por el gobierno.
Si llegabas a ser capaz de repetir la última secuencia cromática del nivel alto, el Simon lanzaba una señal directa al espacio y naves alienígenas se pondrían en contacto directo con el emisor.
Pero claro, eso solo estaba al alcance de unos pocos críos: los superdotados y los que tenían déficit de atención en su casa.
Resulta obvio que Spielberg lo sabía y seguramente esté detrás de todo esto.

¿Consiguió alguien establecer encuentros en la tercera fase?
No puedo dar mas información sin ponerme en peligro.
Solo os diré que algunos de esos niños hoy están en la NASA y otros en la clínica Lopez Ibor.




miércoles, 1 de mayo de 2013

"ZIPI Y ZAPE" ¿La infancia de los Pecos?




Bastante antes de los Matamoros, los gemelos mas populares en España eran Zipi y Zape, sobre todo entre los niños que leíamos sus aventuras en los tebeos.

Unos personajes creados por Escobar que nos calaron hondo porque empatizábamos totalmente con ellos.
Eran niños, eran traviesos y el mundo estaba en su contra.
Pero sobre todo ¿Había algo mas guay que tener un hermano exactamente igual que tú con quien compartir tus trastadas y tus castigos?


Sus historietas estaban llenas de personajes memorables como Don Minervo el profesor, Don Angel el gendarme, El Manitas, un ladrón de los de antifaz, Los Plomez, unos vecinos pelmazos y Peloto, el típico niño pelota y chivato que todos teníamos en clase.


Pero sobre todo sus padres. Una pareja peculiar. Demasiado buenos salieron los niños teniendo unos padres así.
Don Pantuflo, el cabeza de familia, un hombre orondo, amante de la disciplina y según él mismo se definía “filatélico y colombofílico”
Y Doña Jaimita, una mujer enjuta con un tocado imposible, abnegada esposa y recta progenitora, que no dudaba en sacar a pasear el sacude-alfombras para aleccionar a sus dos vástagos.



El look de Zipi y Zape era inconfundible, siempre con su 

uniforme escolar y un peinado que parecía un culo puesto en la cabeza.

Pese a no tener nunca malas intenciones, la cosa se torcía y acababan siempre en el cuarto de los ratones.
Su anhelado sueño era conseguir una bicicleta, pero con unas notas escolares tan lamentables como las suyas (sendos ceros) sus padres nunca se las compraban.


El humor de estas historietas era demasiado blanco, en contraste con el cada vez mas loco de otros personajes como Mortadelo y Filemón.
Además tenían un lenguaje excesivamente engolado, aunque para mi era parte de su gracia. Y en ellos aprendimos insultos tan en desuso como: Mameluco, Gaznápiro o Galopín.

Fue tal la popularidad de Zipi y Zape que además de su propia revista y los monográficos de la colección Olé, siempre bajo el paraguas de la mítica Editorial Bruguera, dieron el salto del papel a los vinilos y al celuloide.
Un par de pipiolos adolescentes encarnó y puso voz a los gemelos. Ni la película ni el disco tuvieron éxito. Pero yo vi esa película en el cine de mi colegio y no he podido olvidarla desde entonces. Pero vamos por partes.

El disco:

Tiene 10 temazos a cual mas infumable. Y si la portada es impagable, la trasera ni te cuento.
A destacar el single “Con amor” que es una balada que pone los pelos de punta del mal rollo que da.


La película:

Un film psicotrónico de difícil descripción. Se podría clasificar en el género de “terror involuntario”

Dirigida por Enrique Guevara, que venía de dirigir películas como “En busca del polvo perdido” y “Orgasmo caliente”
Claro ¿Quién mas apropiado que alguien con ese curriculum para hacer una película infantil?

Para mi es sin duda después de “El Ete y el Oto”, la película mas mala de la historia del cine español.
Pero no es que sea mala sin más, sino que es tan horrenda en todos y cada uno de sus aspectos, que resulta hipnótica y no puedes despegar los ojos de la pantalla. Reconozco que me fascina.


A continuación podréis disfrutar de dos clips, que son auténticas joyas de la grima, para que juzguéis vosotros mismos. (Atención al doblaje de los niños)





A pesar de que este dúo musical se comió una mierda, la  imagen de Zipi y Zape influyó poderosamente en otros ídolos juveniles de diferentes épocas desde “Los Pecos” hasta “Modern Talking” pasando por el fugaz dúo “Platón” e incluso Pancho y Javi de “Verano azul”.